Por Jose Luis Chelo Bustamante
Primero quiero aclarar que no soy médico. Si tienes algún dolor o lesión, es mejor que visites uno.
He tenido solo dos lesiones en los 5 años que llevo escalando. La primera se presentó hace como un año y medio con un dolor en la muñeca cuando me sostenía de romos muy grandes e incluso en volúmenes y alguna que otra posición extraña. Pensé, en mi ignorancia, que se trataba de un esguince y descansé un par de semanas. Al regresar el dolor persistía. Esto me llevó al médico, me dijo que era una tendinopatía, lo que realmente me indicaba la gravedad de la lesión. Quizás parte de lo que me ilusionaba con que sea una lesión menor, es que nunca antes había escuchado de una tendinitis a la muñeca producto de escalar. Al final, entre regresos y no hacer caso a las indicaciones médicas, tuve que descansar cerca de seis meses, tiempo que además de consumir fuerza y resistencia, consume las ganas de escalar. Además del descanso obligado, estuve fuera cerca de un año debido al desánimo posterior.
Las lesiones suelen afectar no sólo a lo físico, sino también a lo psicológico. Volver a apretar “a muerte” después de una lesión puede serdifícil de lograr, al menos de manera no tan consciente. Por lo que la fortaleza mental para lograr los objetivos, es muy importante de tratar, tanto como el padecimiento físico-fisiológico.
La segunda lesión tuvo lugar a dos meses de haber encontrado nueva motivación. Una neuralgia producto de un corte en el dedo meñique, quiso sabotear lo poco que llevaba recuperado. El diagnóstico fue menos dramático que antes, debía evitar usar el dedo, hacer ejercicios de rehabilitación y tomar unas pastillas que ayuden a la regeneración del mismo. Entonces, lo correcto era dejar de escalar, algo que está vez no hice, pero fui más disciplinado con las demás indicaciones del doctor. Me fue bien, para suerte mía. Recuperé movilidad total en el dedo y la sensibilidad va regresando. El tape ha sido un aliado importante en ese proceso de escalar sin comprometer la lesión, por lo que recomiendo googlear las distintas formas de tapear.
Lo usual, creo que es un paradigma peruano más que de escalador, es automedicarse y evitar las visitas al doctor a toda costa. Si bien es irresponsable, lo entiendo: nadie quiere oír que debe dejar de escalar dos semanas o un mes. Pero el apuro podría provocar que estemos fuera por mucho más tiempo, quizás un año. Esto no sólo se puede deber a las consecuencias directas de la lesión, sino a aquellas que derivan de esta, la pérdida de motivación al regresar: pasar de un 6c a apretar en un 6a+ puede quitar las ganas. El truco ahí solo es persistencia, y hacerle caso al doctor y al cuerpo.